Casa Escote
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Situación de partida: Edificio existente típico del rural, campesino, de mampostería. Con dos galpones adosados de bloque. 68m sobre mar con desnivel en la finca de 10m. Afluencia de Roca. Vista a la ría. Salón-Comedor grande para 12 personas.
Intervención: con 4 bloques atinados
Solución: Con la intención de no destacar en el paisaje con un monolito de varias plantas y con el respeto hacia la casa vieja, se crearon otras tres ‘casas’ (volúmenes) que se someten a esta primera:
el garaje y trastero
los dormitorios
el salón-comedor
Cada casa está en su propio nivel, adaptándose tanto a las circunstancias del terreno como entre sí, sin restarse protagonismo unas a otras, teniendo cada casa su propia personalidad, acorde con su uso.
La casa vieja, una casa gallega tradicional, sigue “igual”. Manteniendo el volumen, pero sustituyendo el ladrillo encontrado por sillares de granito. Redistribuida.
La casa dormitorio. Es un espacio sólido e intimo. Crea un ambiente recogido y personal. Está separada del salón, ambiente común, por una puerta corredera de cristal translúcido, que separa los espacios íntimo-común, pero no crea una barrera sólida.
La casa salón. Es el nexo entre los volúmenes. Ligera, abierta y con mucha luz. Desvanecen las fronteras, dejando entrar el exterior y extendiendo el “Estar” hacia la naturaleza. Percibiendo todo el paisaje, con sus magníficas vistas a la ría.
El garaje y el trastero rematan contra el vecino, dando al conjunto respaldo y protección.
Descripción:
Cada casa en su propio nivel, adaptándose a las circunstancias del terreno, con una distinción clara entre lo viejo y lo nuevo (materiales, soluciones constructivas…). Los volúmenes giran alrededor de la casa vieja, dando a cada casa un uso especifico (garaje-dormir-estar-comer).
Entrando por la entrada reformada se accede tanto a la vivienda como con el coche al garaje. La cubierta de esta arranca casi a altura de la cornisa de la casa vieja.
Desde el garaje se bajan 8 peldaños a un patio desde el cual se puede acceder a la vivienda – directamente a la cocina (la vieja entrada) o al salón-comedor.
Pasando por la cocina en la casa vieja, se baja sobre tres escalones al salón-comedor y desde ahí a la terraza o hacia el salón-estar con su paramento curvado acristalado con la vista a la ría y la chimenea que marca la división del salón en sus dos partes. Sobre el Salón-estar se entra en la parte intima de la vivienda – la ‘casa-dormitorio’ – bajando una pequeña rampa que facilita la accesibilidad. Desde este pasillo, que puede servir tanto como almacén o de estudio, se accede a las habitaciones individuales y al baño común.
Las habitaciones, con respecto a la superficie, son equivalentes, pero cada una con su propio ambiente: la habitación matrimonial con el baño integrado, la segunda habitación con vista a la ría y la tercera, subiendo cinco escalones, integrada en la edificación antigua con sus esquinas y rincones.
Desde la terraza se puede acceder tanto al trastero debajo del garaje (que surgió aprovechando y ampliando los desniveles existentes) como al jardín-finca sobre varias escaleras y el porche-acera, que rodea cobijado por la cubierta, el salón-estar.